La mayoría de nosotros tenemos a más de una persona que ha pasado por nuestra vida y a la que hemos amado y que, de repente, deja de formar parte de ella. Pero con alguno/a de ellos/as nos hemos quedado enganchados sin saber muy bien el motivo. Muchas veces por la relación de dependencia que se creó durante la relación y/o por el modo en que ésta terminó.
Si te has decidido a olvidar definitivamente y de una vez por todas a tu ex, el primer paso es (aunque parezca algo obvio): querer hacerlo. Muchas veces no conseguimos olvidarle porque, directamente, no queremos. Inventamos excusas para mantener el contacto y hacemos cosas en función de él/ella (para que se acabe enterando o condicionados por esa relación). Es fundamental que se rompa cualquier forma de contacto. Si quieres mantener una relación de amistad hazlo cuando ya no sientas ningún tipo de emoción hacia él/ella.
Muchas veces ese enganche se produce por un proceso de idealización del otro y, por el contrario, una infravaloración de nosotros/as mismos/as. Todo lo que hacia mi ex era admirable y lo que yo soy y lo que a mí me gusta no tiene valor. Yo valgo en función de lo que la otra persona me hace valer. Y si ya no le intereso, es que no valgo nada. Además, tenemos un recuerdo selectivo de lo que fue la relación. Quizá pasamos dos primeros meses muy buenos y luego fue un infierno donde yo dejé de poner límites y la otra persona me despreció, pero como yo vi en esa persona tres cosas seguidas que me gustaron y que me hicieron estar en una nube, luego obvié todo lo otro que no me gustaba nada y que me hacía sentir mal.
Animo al paciente a que haga una lista realista de las características que tenía esa persona y cuáles serían los motivos por lo que, aunque su ex le pidiera volver, le diría que no. Esto le ayudará a no hacer una evaluación parcial (sesgada a lo positivo e idealizada) y a empoderarse en esa decisión de la ruptura. Damos la vuelta a la tortilla.
Fundamental que valore las cosas buenas de esta nueva etapa de no estar con esa persona. Seguramente en una relación de dependencia se ha estado centrando mucho en esa persona y abandonando el resto de áreas de su vida, que de nuevo debe valorar. Estuvo en esa relación desde el “necesito estar con esa persona” no desde el “me gustaría estar con ella, pero mi felicidad no depende de ello”. Esto es importante, porque si estoy con alguien desde la necesidad, no seré libre, y aguantaré en esa relación mucho más de lo debido.
Dependencia emocional, “sé consciente de tus propias emociones”.
Por último, sé consciente de tus propias emociones. Cuidado con la culpa que puede venir a raíz de mensajes tipo: “porqué aguanté esto, porqué no le dejé antes” o “es que quizá fui muy duro con él o con ella y por eso le perdí”. Recuerda que estos mensajes te los dices muchas veces con el conocimiento que tienes en la actualidad, que no es el mismo que tenías en ese momento.